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domingo, 2 de mayo de 2010

MI VIERNES SANTO EN LA COSTANILLA (II)



Después de llevar a la Virgen de Loreto desde la plaza del Salvador hasta la plaza del Duque en solo 3 chicotás, merecíamos un descanso y una cervecita fresquita “pal’cuerpo” y así fue. Tras dejar el paso en la entrada a carrera oficial, nos dirigimos hacia el siguiente punto de relevo situado en la esquina del banco de España.

Mientras caminaba hacia el punto de relevo, no pude evitar desviarme un poquito hacia calle Sierpes para poder deleitarme con el pasazo de la Virgen de la O que justamente pasaba casi llegando a la altura de los palcos. Genial la chicotá que pude contemplarle a este paso.

Después, la más que ansiada cervecita rápida y al punto de relevo. Cuando llegué el Señor de las Tres Caídas ya había pasado y el palio estaba en los palcos del ayuntamiento, así que solo me dio tiempo a quitarme la sudadera y vuelta al trabajo.

Éste fue para mi el relevo más esperado y que más disfruté. Desde el banco de España hasta la calle Placentines. Increíble poder llevar a la Virgen de Loreto hasta el interior de la Catedral y salir por la puerta de palos mientras la plaza Virgen de los Reyes, atestada de público, contemplaba atónita el discurrir de esta bonita hermandad.

Una vez fuera de la catedral y encajado el paso en mitad de la calle Placentines, relevo de nuevo y dicho sea de paso, más que bienvenido, porque después de venir de una corria como la del jueves santo, y después de tener que aguantar chicotás eternas por calle cuna y orfila para apretar el ritmo de paso de la cofradía (llevábamos un retraso de 15 minutos a la entrada en campana), y de pasar por la catedral (punto durísimo para los costeros de un paso dado que la catedral es totalmente plana) mis fuerzas empezaban a mermarse.

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