La Virgen de la Cabeza, en la Catedral de Jaén

Este mes se cumple medio siglo de la proclamación de la Virgen de la Cabeza como patrona de la Diócesis de Jaén. Para conmemorar esta efeméride, la imagen de 'La Morenita' ha llegado a la capital donde permanecerá hasta el próximo 22 de noviembre en la Catedral para recibir la devoción de los jiennenses.

Cinco años después de su anterior visita, coincidiendo con la clausura del Año del Rosario, la venerada 'Reina de Sierra Morena', ha sido recibida con dos horas de retraso sobre la hora prevista por la organización debido al también multitudinario recibimiento que ha tenido en las localidades de Mengíbar, Villargordo y la parada en la prisión provincial durante el itinerario previo a su llegada a la ciudad.

Sin embargo, el tiempo de espera no ha mermado el ánimo de los cientos de congregados en el recinto de la institución ferial donde ha sido recibida en medio de aplausos, la detonación jubilosa de cohetes, aclamaciones constantes y la interpretación del himno a Jaén.

Instantes después de entrar en una carroza escoltada por dos padre Trinitarios, el obispo de la diócesis, Ramón del Hoyo, acompañado por representantes institucionales y las cofradías de pasión y gloria, ha dado la bienvenida a la imagen que cada año en el mes de abril congrega a medio millón de romeros en el santuario ubicado en pleno corazón de Sierra Morena.

A continuación, los anderos han portado a la imagen para realizar un recorrido procesional por las principales calles de la capital donde siempre ha estado acompañada a ambos lados del itinerario hasta la llegada al templo catedralicio donde ha tenido lugar la celebración eucarística.
Durante los días que la Virgen de la Cabeza permanezca en la catedral, se han programado numerosos actos tanto religiosos como culturales con la participación de diversos colectivos.

El acto central de la agenda prevista por el Obispado de Jaén será la misa de despedida que se celebrará el domingo 22 de noviembre donde el obispo impondrá la Rosa de Oro concedida por el Papa Benedicto XVI, una distinción hasta ahora inédita en las advocaciones marianas de España.